Hola querido amigo, en este primer Blog quiero contarte mi historia.
De niña tuve algunas experiencias extraordinarias que me mostraron que lo que veían mis ojos biológicos no era todo lo que existía, además desde que tengo recuerdos, algunos desde los dos años, sentía que mi consciencia tenía muy claro qué estaba bien y qué no, sin necesidad que nadie me lo dijera. Era como una brújula que guiaba mis acciones, seguro que tú que estás leyendo esto muchas veces has sentido lo mismo. Atormentaba a mis parientes con preguntas como: ¿Cómo llegué aquí?, como si tuviera la certeza que antes he estado en otro lugar; ¿Para qué hemos venido aquí? ¿Qué hay que hacer acá? Cuál es la tarea?, algo dentro de mí me decía que teníamos una meta, y que la meta era ser buenas personas, alcanzar la santidad.
Debido a que nadie contestaba estas preguntas, y algo dentro de mí me decía que en unos años me iba a olvidar, desesperada porque no sabía escribir y no tomaban en serio mis preocupaciones, cuando fui creciendo me enfoqué en la lectura de libros de biología, física, astronomía, religión y en cuanto papel caía en mis manos, en búsqueda de la verdad y del sentido de esta vida.
Mi familia católica me envió tres años al catecismo, donde leíamos la biblia cada sábado, sin embargo, habían algunas creencias con las que no estaba de acuerdo, como por ejemplo: que Dios Castiga, o que solo éramos hijos de Dios después de haber sido bautizados. Y otras cosas más que no deseo mencionar para no herir susceptibilidades. Así que emprendía la búsqueda de las creencias de otras religiones, para encontrarme con más situaciones que mi consciencia no aceptaba. Así que redireccioné mis investigaciones a la ciencia, ya que por lo menos eso seguía un método confiable.
Sin embargo, al finalizar mi adolescencia, y debido a los escasos recursos de mi familia, decidí estudiar una carrera en la que pudiera trabajar rápidamente y dejar de pasar por escases económica. Fue así como estudié contabilidad, luego me especialicé en auditoría y finanzas, trabajé en grandes compañías transnacionales ocupando cargos de responsabilidad. En el camino, me casé a los 24 años, tengo un esposo maravilloso y tres hijas que son mis mejores maestras. Por muchos años olvidé para qué había venido aquí y solo me concentré en satisfacer a mi ego, y a las necesidades físicas de mí y de mi familia. Hasta que mi inquebrantable salud y mi energía desbordante empezaron a darme señales de emergencia, mostrándome que había equivocado mi rumbo por largos años, dedicándome a lo temporal de este mundo, olvidando por completo la tarea, el objetivo de esta vida.
Fue así como después de casi 25 años de obscuridad, retomé la búsqueda de la verdad, y luego de leer libros de autoayuda, de filosofía, de espiritualidad, de conocer muchas técnicas de relajación y automaestría, me encontré con el Método Cyclopea, el cual tenía el balance perfecto de conocimiento y práctica. No eran solo meditaciones, eran Conexiones con mi Fuente. El estado de paz y gozo no duraban solo el tiempo de la meditación, sino que perduraba por varias horas el estado de alta frecuencia, que además podía elevar durante el día gracias a la técnica del 123, que me permitía estar conectada a la Fuente en cualquier momento del día, realizando cualquier actividad. Recuperé mi salud, mi energía y la paz… y era solo el comienzo. Había escuchado testimonios de personas que habían reversado enfermedades crónicas y otras consideradas incurables. Así que decidí profundizar en este método, sentí que había encontrado lo que siempre estaba buscando.
Al no haber ningún instructor peruano, decidí dejar definitivamente mi vida de ejecutiva que vivía de avión en avión y de directorio en directorio, y dedicarme a lo que realmente me iba a dar la Felicidad que estaba buscando y a realizar la meta de esta vida. Decidí ser instructora del Método Cyclopea para poder llevarlo a cada departamento del Perú, para que muchos seres puedan descubrir quiénes son realmente, el poder creador que tenemos para recuperar nuestra salud física y emocional, para que recuerden que somos un templo, que en cada uno de nosotros está el espíritu de Dios anclado en nuestro corazón, que solo tenemos que activar nuestro centro Pineal-Pituitario y volver la atención hacia él, que podemos comunicarnos con nuestra Fuente sin intermediarios, siempre nos escucha, siempre nos responde y nos ama inmensamente. Que nuestra verdadera naturaleza es espiritual, que somos inmortales, que somos seres de Amor hechos a su imagen y semejanza. Y como siempre digo, uno enseña lo que más tiene que aprender.
Es así como nació Ananda Activación Pineal en 2015, brindando seminarios presenciales y desde el año 2020 a través de seminarios y talleres de profundización On Line, con los mismos extraordinarios resultados en los participantes que los talleres presenciales. Siento que todo lo vivido anteriormente solo ha sido una preparación para dedicarme a esta labor con el apoyo de mi querido equipo de Ananda y de toda la familia pinealista, que es cada vez más grande.
Fanny Barrón
Ananda Activación Pineal